Nuestro padre Juan José Lopera lleva 3 años cultivando café. En 1972, Bernardo Lopera, su padre, compró el primer terreno de la Finca Linda Laja. La finca está enclavada entre valles y colinas de la cordillera central de Colombia, en el noreste del país, y está rodeada en su mayor parte por selva tropical virgen y otras fincas familiares. Su altitud va desde los 1650 metros sobre el nivel del mar hasta los 2100. La conservación de la selva tropical y de las fuentes de agua es muy importante para la familia Lopera. Por eso no nos limitamos a dejarla crecer, sino que nos hemos propuesto protegerla. Plantamos los cafetales imitando a la selva en bosques mixtos y sombreados, diseñados según los principios de la permacultura. Los cafetos maduran excelentemente bajo el techo protector de los árboles de sombra, permitiendo que los sabores frutales de cada cereza se expandan y maduren lentamente, ya que reciben la humedad suficiente para desarrollarse óptimamente y disfrutar del clima templado de los cerros antioqueños. El café que la Federación de Cafeteros de Colombia cosecha en esta región es conocido por su calidad y riqueza en sabor y, en su mayoría, se exporta a los mercados extranjeros.
Además, en la comunidad de Santo Domingo, la región de Antioquia donde se encuentra la finca es conocida entre otros agricultores de la región como una finca modelo y la Familia Lopera apoya muchos proyectos sociales de la región así como a sus trabajadores con un compromiso consciente hacia la mejora de las condiciones de las trabajadoras.
Traído desde las verdes cordilleras de Santo Domingo Antioquia por Esteban, Daniel, Juan José y Don Bernardo Lopera, cada taza de café deliciosamente tostado encarna nuestros valores familiares. Nos aseguramos de que nuestra búsqueda de la responsabilidad social y la sostenibilidad en las comunidades y los ecosistemas de nuestro negocio apoya la excelente calidad que esperamos llevar a su cada mañana. Empezando por nuestro compromiso personal de mantener las 10 hectáreas de selva tropical en nuestra propia finca familiar "Lindalaja" y plantar muchos más de los 350 árboles que ya hemos traído a casa, también aseguramos salarios justos para nuestros trabajadores y estamos trabajando para crear un turismo sostenible en Santo Domingo junto con nuestros aliados locales. Esteban Lopera, nuestro propio formador de café, enseña en la Escuela del Café de Berlín y tiene un enorme apetito por los sabores y aromas especiales y diversos en el café. Con su formación en ingeniería de bioprocesos pasa mucho tiempo en Colombia experimentando en la finca con procesos anaeróbicos y maceración carbónica además de los clásicos procesos lavados y naturales, esperamos sacar los sabores más interesantes del café manteniendo opciones limpias y clásicas que son verdaderas y probadas. Cuando el café llega a Alemania para ser tostado, primero se procede a una cuidadosa degustación y cata de los mismos, para asegurar que los mejores sabores lleguen a su taza. Todo esto sólo es posible gracias a que nuestros trabajadores agrícolas sólo recogen las cerezas de café más maduras y seleccionan únicamente las que alcanzan nuestros estándares de calidad, así que tomate tu tiempo, disfruta de tu taza y explora nuestros proyectos.